Y ella deja comer... Muchas más cayeron y otras más siguen de pie
Al igual que una guerra que ella finalmente perdió...

No te puedo prometer que cambiaré. No sé si podré hacerlo. Pero sé que eres todo lo que quiero. No puedo decir que no te haré llorar ni que voy a ser sincero. No te puedo prometer que en el futuro sea perfecto, pero el futuro es lo de menos. No puedo decir que voy a estar allí cuando más me necesites, pero puedo intentarlo si lo pides. No voy a decir que cuidaré de ti. Ni siquiera sé cuidarme. Es posible que sea yo quién necesite que lo salven. Pero te quiero más que a nadie. De eso estoy seguro, por mucho tiempo que pase.


No puedo, nunca pude.

NADIE ES LIBRE;

INCLUSO LOS PÁJAROS ESTÁN ENCADENADOS

AL CIELO.

Ahora que esto es imposible, nos decimos la verdad.
Que sí, que te quiero. Que me arrepiento, que nada volverá a ser como antes...
¿De qué sirven todas estas palabras?
¿De que sirvió todo ese amor?
De nada, absolutamente, de nada.

Y por ti, por un tiempo prometí estar callada. Perfecto.
Todo esto lo hice cuando creía que aquello era correcto.
Me equivoqué una vez más. ¿Te equivocaste una vez más?
¿Volvería a cometer el mismo error?
No, absolutamente no.
Cuando dije que me arrepentía, mentí. Cuando te dije que lo sentía, volví a mentir.
Pero ya da igual, nosotros somos realmente inteligentes para tropezar dos veces con la misma piedra.
Y tú, que sigues esperando que suceda algo que nos acabe separando.
Y yo que sigo peleando para que todo vuelva a la normalidad.
¿Debería dar esto por perdido?
Ni loca, absolutamente, ni loca.