Acoso y derribo.

Quiero que sepas que ya me esperaba que esto ocurriera y que no pasa nada, sólo me da la razón, y que he estado aprendiendo de cada momento que he estado contigo.

Quiero que sepas que me he acostumbrado a tus putas escenas de “ahora me largo”.
Lárgate ya de verdad que sería una suerte si no vuelvo a verte en los próximos años.

Así que ya sabes que espero que acabes pegándote un tiro
cuando veas lo imbécil que has sido, cuando veas que lo has hecho fatal.

Y que quiero que sepas que ha sido un infierno, lo que he vivido estando contigo que por poco acabas conmigo, pero soy difícil de matar.

Aunque tú seas lo más parecido que he conocido nunca a Satán.

Somos todos unos hipócritas, juguemos a ser inmaduros, prepotentes e infantiles. Amamos criticarnos entre nosotros y sobre todo, a los demás. Nos encanta inventar rumores y hablar demasiado. Egocentrismo y narcisismo es lo que impera en esta virtuosa sociedad. Juguemos a ser todas unas calientapollas, a tirarnos al primer tío que pase y sin ni siquiera saber su nombre. Ah bueno, luego no esperemos que no nos busquen la fama y se inventen rumores y como no, hablen demasiado. Últimamente me está resbalando mucho la falsedad. Somos unas putas, unas guarras y unas zorras, demasiado adelantadas para su edad. Hablaron los adúlteros, lujuriosos, viciosos y lascivos. Já já já, y ¿por qué no jugar a que quién esté libre de pecado tire la primera piedra? Llevo esperando mucho tiempo y aún no me ha caído ninguna.
Ahora vamos a ver la realidad, cada uno es como es. Lo que hagamos o dejemos de hacer es cosa nuestra y de nadie más. Que no hablamos de egocentrismo, que hablamos de querernos a nosotros mismos. Que no se puede criticar a los demás sin antes haberse uno mirado al espejo. Que no mola jugar a ser el mejor y mucho menos mola inventar rumores o decir mentiras. Que la verdad, es que todos sabemos que si pudiéramos, nos tiraríamos a todos los que quisiéramos, pero hay una diferencia, que existen las putas por suerte, y la gente con suerte. Clasifícate en el grupo que te de la gana, yo ya sé perfectamente en cuál me encuentro. Y por último decir que me he dado cuenta de que todos sois distintos, y a la vez tan iguales, pero que hay una cosa que tenéis en común: ES QUE SOIS SUBNORMALES.

Forever Young.

El paraíso puede esperar, nosotros solo estamos mirando el cielo. Deseando lo mejor, pero esperando lo peor. Por lo visto, todo es relativo menos el vodka. Permitámonos permanecer jóvenes, o permitámonos vivir por siempre
No tenemos el poder pero nunca decimos nunca. Nosotros no somos del todo diferentes, hemos olvidado muchos recuerdos y hemos déjalo los sueños colgados en el cielo, junto al sol. Pero lo que no nos hace iguales a los demás, es que nosotros sí podemos, somos jóvenes, recuérdalo, seremos siempre jóvenes. Y acuérdate de mis palabras cuando tu pelo canoso y las arrugadas invadan tu cuerpo, seremos siempre jóvenes, somos jóvenes.

¿Es a lo máximo que aspiras?

¿En serio es ella?

Esto no va a terminar así. No me gusta este final, y soy yo quién elige como debe acaba. Escúchame, no tropieces dos veces con la misma piedra... Por muchas ganas que tengas de caerte y comerte el suelo, no lo hagas, porque cuantas más veces te caigas, más duro será levantarte. Enserio, hazme caso por una vez en tu vida.


Buscabas a la normalidad desde hace mucho tiempo... Pero... ¡vaya! ella te ha encontrado a ti antes.
Hacía mucho tiempo que no era así de feliz, demasiados segundos, minutos y horas en los que tu cabeza, tus recuerdos y tu mente, solo eran rondados por un pensamiento. Él. Y ahora, recuerdas con nostalgia aquellos días sobre ausentes en los que todo era normal, en los que bastaba una sola palabra o una sola llamada para que en cinco minutos estuviera en tu puerta esperándote, dispuesto a ir contigo al fin del mundo, si eso es lo que tú necesitabas en ese momento.
Recuerdas que no tienes ni una sola razón, ni un solo motivo para estar mínimamente orgullosa de él, pero lo estás. ¿Por qué? Quizás porque nunca habías perdido algo tan preciado, algo que tanto valoraste cuando ya no tenías entre las manos, ni entre tus brazos, ni siquiera entre vuestras palabras. Ahora lo tienes de nuevo. Y cuando estás a punto de alcanzar la cumbre de la felicidad, de volver a la normalidad, ella vuelve a aparecer. Otra vez, viene, y sin más dilación, te lo quita. ¿Por qué lo hace? Quizás porque realmente nunca te había pertenecido del todo, porque para él no eres más que un juego de azar, en el que a veces le toca estar contigo, y otras toca olvidarte. Vaya. Vuelve a decirle adiós a la normalidad... Quizás te vuelva a encontrar otra vez, y quizás tengan que pasar otros 4 meses...