Buscabas a la normalidad desde hace mucho tiempo... Pero... ¡vaya! ella te ha encontrado a ti antes.
Hacía mucho tiempo que no era así de feliz, demasiados segundos, minutos y horas en los que tu cabeza, tus recuerdos y tu mente, solo eran rondados por un pensamiento. Él. Y ahora, recuerdas con nostalgia aquellos días sobre ausentes en los que todo era normal, en los que bastaba una sola palabra o una sola llamada para que en cinco minutos estuviera en tu puerta esperándote, dispuesto a ir contigo al fin del mundo, si eso es lo que tú necesitabas en ese momento.
Recuerdas que no tienes ni una sola razón, ni un solo motivo para estar mínimamente orgullosa de él, pero lo estás. ¿Por qué? Quizás porque nunca habías perdido algo tan preciado, algo que tanto valoraste cuando ya no tenías entre las manos, ni entre tus brazos, ni siquiera entre vuestras palabras. Ahora lo tienes de nuevo. Y cuando estás a punto de alcanzar la cumbre de la felicidad, de volver a la normalidad, ella vuelve a aparecer. Otra vez, viene, y sin más dilación, te lo quita. ¿Por qué lo hace? Quizás porque realmente nunca te había pertenecido del todo, porque para él no eres más que un juego de azar, en el que a veces le toca estar contigo, y otras toca olvidarte. Vaya. Vuelve a decirle adiós a la normalidad... Quizás te vuelva a encontrar otra vez, y quizás tengan que pasar otros 4 meses...

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